Saltar para: Post [1], Pesquisa e Arquivos [2]

BandaLarga

as autoestradas da informação

BandaLarga

as autoestradas da informação

LA VIDA NO ES LA QUE UNO VIVIÓ, SINO LA QUE UNO RECUERDA…

 

(Gabriel García Márquez, 2002)

 

 

 

Son tantos los acontecimientos que han ocurrido esta semana, que una persona no sabe por dónde empezar para contarlos. Esa es la frase completa de la cita que hago de mi fallecido amigo Gabriel García Márquez, a quien conocí en Cambridge de visita y tenía que traducir, porque de inglés no sabía nada. Lo que escribe en 2002, es así: La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla, en su libro de 579 páginas, editorial Mondadori, Barcelona, título del libro: Vivir para contarla.

 

Es exactamente lo que me acontece a mí entre los días 24 y 25 de mayo de 2014. El primero de los acontecimientos, es el juego clásico de fútbol entre dos clubes rivales de la Capital de España: el Real Madrid y el Atlético de Madrid. En el Real Madrid jugaban tres portugueses comprados a precio de oro a otros clubes de fuera de Portugal, precio de oro por usar esas dos piernas que corren veloces por sobre la hierba del Estadio La Luz de Lisboa, donde las autoridades de la industria del futbol, habían mandado jugar. Allá tuvieron que ir no solo los jugadores, centro de la atención de la multitud que marcaba presencia en millares de personas, mas los otros millares que, para no sufrir los empujones, el estar de pié horas en días de calor e incomodarse con robos y otras gatuñadas de los que asisten, nos quedamos en casa para verlo en la caja mágica llamada televisión. Caja mágica que retira el placer de la vida social, los gritos de alegría y los debates entre los que apoyaban a los diferentes equipos. Con todo, existe el teléfono y con céntimos que abultaban al fin el precio de una entrada al estadio, podíamos comentar los diversos acontecimientos del juego, a través de un hilo, hasta los teléfonos quedar sin baterías y ser posados en la base de carga por varias horas antes de usarlos otra vez sin que las llamadas se cortaran, o cayeran, como se dice hoy en día. Los que hablábamos, éramos todos hinchas del mismo club, el Real Madrid, porque allí jugaban tres lusitanos, especialmente el mejor jugador del mundo, ese que porque no fuma, nos hace a todos dejar el vicio del humo. Es tanta la adhesión al jugador, que ni fumamos, a pesar de la exaltación que el juego cansaba. Estábamos ciertos que íbamos a ganar con una goleada contundente al equipo rival. ¿Y no es que acontece que al minuto 36 del primer tiempo el club rival nos motete un gol? ¡Al minuto 36’ se atreven a herirnos en el fondo de nuestra alma y de nuestro insensato corazón, donde el raciocinio no tiene lugar o, por esos minutos, la cabeza no piensa, se piensa con las uñas de los pies y tres deditos! Bueno, el Real, más heridos que nosotros, se desmoraliza y el juego pierde velocidad, los entrenadores casi que lloran y la hinchada grita de furos. Mis amigos telefónicos y yo, estuvimos en un vilo todo lo que faltaba del primer tiempo, ¡una eternidad!, y lo que quedaba del segundo tiempo, hasta que el minuto 98 del segundo tiempo, faltaban dos minutos para acabar y el Atlético se veía por la primera vez ya con la taza de campeón en sus manos, No podía ser, la taza, por tradición la taza era del Real Madrid, y Sergio Ramos, lleno de furia, y con la ayuda la Inmaculada, marca un gol, empatan 1 a 1 en el minuto en que toca el pito del árbitro y el juego debía haber acabado. Pero no señor, era el juego final que definía quién sería el campeón de Europa 2013-2014. Tuvimos que ir a los tiempos extras de 15 minutos por lado, para desempatar. Todos corrían para diversas esquinas, sin concierto ni orden, las tarjeta amarillas llovían sobro los jugadores y la multitud gritaba. Ni un telefonema era posible, tan grande era la crispación de quién sería el primero a marcar. Todos en sus casas sentados en el sitio mas cercano de la televisión, ¡y válgame dios!, el primero fue del Real y desempata, el Atlético baja sus defensa, Bale mete el segundo y el tercero Marcelo, para terminar dentro del último segundo de la prolongación de partido, con un remate elegante de una Cristiano Ronaldo doliente, pero capaz de llevar al Real Madrid del cero x 1 al infinito 4 x 1, como dría el escritor húngaro Arthur Koestler en su libro así intitulado, publicado en Portugal por Planeta. La taza quedó en las manos de su natural dueño, el Real Madrid, con el apoyo de británicos e lusos. Algún día saldrá, pero es la 10ª vez que la gana, el Real Madrid es su dueño natural, por ahora.

 

Pero el fiasco fue el Domingo 25, después del glorioso sábado 24. Las elecciones para Eurodiputados acontecieron- un pésimo timing, circo primero, seriedad después, y lo que se esperaba no acontece. Es verdad que la unión de partidos que nos gobierna, neoliberales, pierde más de 34% de sus escaños en el Parlamento de Bruselas, peo lo que se esperaba del Partido Socialista, una subida tan grande como la bajada de la coligación, no sucede y gana apenas más un sitio de los siete que tenía. Grande desilusión para nosotros los socialistas, que no ve el castigo para quién nos hostiliza con impuestos hasta para respirar, falta de escuelas, magistraturas, Universidades que deben cerrar, y otras vainas como diría mi amigo Gabo. Es verdad que la izquierda levanta su votación en cuatro diputados y un solitario ecológico que da el ejemplo de la virtud política al no solo ser electo, bien como por tantos votos de ecólogos, que hasta puede dar lugar a un segundo escaño para un independiente. Como el sufragio aún no ha acabado y apenas este jueves vamos a saber el resultado real, será necesario callar de momento y dejar la palabra al Real Madrid y al derrotado Atlético, que, bien sé, se va a recuperar, porque una golondrina no hace un verano.

 

Es así como recuerdo la vida y es así como puedo contarla. Como me enseñó Gabo en su corte visita a Cambridge que juntó al grupo de amigos que éramos Mario (Vargas Llosa a años luz de ser Premio Nobel de Literatura, nadie lo esperaba) Carlos (Fuentes, el mexicano que conquistó el Nobel en el mismo ramo de Vargas Llosa), Henrique Cardoso en uno de sus tantos exilios de la presidencia de Brasil y Steven Hawkins y su teoría de los hoyos negros en la atmósfera.

 

A continuar el texto siguiente

 

Raúl Iturra.

 

27 de Mayo de 2014.

 

lautaro@netcabo.pt